Una manzana muy ácida
cayó del árbol de la incertidumbre
y me ha golpeado el pecho.
Puedes decirme:
¿Qué nos está pasando?
Apenas ayer las estrellas se incendiaban
cada vez que nuestras almas se unían con la nova de los besos,
y celosos, los ríos se mojaban, porque cada uno aplacaba su sed.
Puedes contestarme:
¿Qué nos pasará mañana?
Porque ya los dos sabemos
que hoy en la noche mirarás una luna diferente de la que estaré mirando yo
y seguramente contarás a oídos diferentes tus angustias y penas.
¿Me entiendes?
Hoy nadarás por mares diferentes de los que nado yo
y caminarás por caminos diferentes de los que yo caminaré.
¿Acaso no te duele que las manecillas del olvido
nos quierra borrar de su memoria
con todo y nuestras huellas?
Acaso puedes responderme:
¿Qué fue lo que nos pasó?
No hay comentarios:
Publicar un comentario