Olvido

No olvides que te añoré.
Nunca olvides que te amé.
No olvides que extrañaré
tus besos, nuestros latidos,
y tus labios con sabor a café.

Al cielo ruego,
al viento imploro,
que estos tristes recuerdos de un pasado feliz,
que estos recuerdos felices de un pasado triste,
nunca me los arranque el viento,
como a las palabras grises del otoño.

Muchas veces sentí un dolor interno,
porque yo sabía que lo nuestro acabaría.
¡Y nunca me preparé para esa embestida!
Qué hermoso hubiera sido colgarnos de una cometa
cuyo ciclo en el espacio fuera eterno
o de al menos cuarenta mil amaneceres...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Demasiado bonito!!!!