Colegio

Querido Colegio.

Un día me fui a conocerte.
En aquel entonces tú me dabas miedo.
Como si fueras a tragarme.

Yo era tan pequeño.

Entre tus aulas y mis anhelos
aprendí de tantos amigos,
profesores, compañeros.

Te enganchaste conmigo como media docena de años
y media docena de recuerdos
se me quedaron atornillados en los pupitres.

Y aunque me duela tanto
debo decir que una mitad de mí mismo
se quedó colgando en alguna pizarra.

Qué será?
Que en mis sueños recurrentes
me recreo en tus aulas y espacios abiertos.

Recorro pasillos.
Me pierdo en horarios.
Me enamoro sin quererlo.

Y a veces me detengo
a mirar tus paredes ya desteñidas
igual que estas fotografías que atesoro en mis recuerdos.

Querido colegio.
Padre y madre de conocimiento.
Cuna de mil sentimientos.

Para algunos, escape.
Para muchos, intento.
Para otros, un sueño.

Para mi: me reservo.

Si entonces te ignoré,
hoy, seguramente,
debo estar pagando algún precio.

Pero yo te quise,
como a las niñas Platónicas y Afroditas adolescentes
dibujadas en mi pecho.

Porque todo nuestro tiempo fue testigo
de primeros versos,
de primeros besos.

Como aquel día de cartones y aplausos,
hoy me despido desde muy adentro.

Querido Colegio.
Colega Regio.
Mi colegio.

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